La mayoría de las noches en el hogar de los Bucket, la cena es un tazón de sopa de repollo aguada que el joven Charlie comparte con mucho gusto con su madre, su padre, sus dos abuelos y sus dos abuelas.  La suya es una vieja casa diminuta, destartalada y con corrientes de aire, pero está llena de amor. Todas las noches, lo último que Charlie ve desde su ventana es la gran fábrica, y se queda dormido soñando con lo que habrá dentro. Desde hace casi quince años, nadie ha visto entrar o salir de la fábrica a un solo trabajador, y tampoco han visto al propio Willy Wonka, y sin embargo, misteriosamente, se siguen elaborando grandes cantidades de chocolate que se envían a tiendas de todo el mundo. Un día Willy Wonka hace un anuncio trascendental. Abrirá su famosa fábrica y revelará "todos sus secretos y su magia" a cinco afortunados niños que encuentren unos billetes dorados escondidos en el interior de cinco chocolatinas...