Sam le dijo a Molly antes de ser asesinado en un atraco, que la amaría para siempre, más allá de la vida y de la muerte. El caso es que Sam queda en un estado intermedio entre esta vida y la otra, y no puede comunicarse con Molly, que mientras tanto apunta a una nueva relación con el tipo equivocado. Sam debe evitarla a toda costa, pero como es un fantasma, no tiene un cuerpo físico. Sólo cuenta con una presencia espiritual, y para comunicarse con Molly tiene que acudir a la ayuda de una médium...