En la ceremonia de bautismo de la princesa Aurora fueron invitadas tres hadas buenas, pero no Maléfica, el hada mala. Las tres hadas buenas, Flora, Fauna y Primavera, le concedieron dones. Flora, la belleza; Fauna, una hermosa voz. Cuando Primavera iba a dar su don, irrumpió en el castillo Maléfica, molesta por no haber sido invitada, y lanzó a la princesa Aurora una maldición, según la cual moriría al pincharse con el huso de una rueca el mismo día en que cumpliese dieciséis años antes de la puesta del sol. Afortunadamente, Primavera no había hecho todavía su regalo a Aurora, y usó sus poderes para cambiar la maldición de Maléfica: Aurora no moriría al pincharse con la rueca, sino que únicamente caería en un profundo sueño, del que sólo podría despertarla un beso de su verdadero amor. En un intento de proteger a su hija, el Rey Stefán le ordenó a su pueblo, quemar todas las ruecas del reino. Para proteger a Aurora de Maléfica, las hadas buenas la llevaron a vivir con ellas en el bosque, y le cambiaron el nombre por Rosa. Guardaron las varitas y vivieron como auténticas mortales como medida de seguridad...